Recreación virtual de una de las piscinas que contempla el proyecto.
Un ilusionante plan de futuro. El pasado día 6 se cumplieron dos años de la caída de parte de la cubierta de la emblemática piscina del Club Natación Sevilla (CNS), conocido popularmente como Club Trastamara por encontrarse en el número 9 de esta céntrica calle. Este suceso acabó derivando en el inevitable cierre del edificio sede del club de natación decano de la ciudad (fundado en 1931), una pérdida enorme de socios y la situación concursal por la que ahora transita. Tras múltiples intentos para lograr su reapertura, en una carrera agotadora de sus directivos en búsqueda de inversores, gestoras y todo tipo de empresas promotoras y constructoras deportivas, el Club Natación Sevilla mira al futuro con más optimismo gracias al plan de viabilidad, o plan de reapertura, como prefiere llamarlo el presidente de su junta directiva, Luis Esquivias, que llevaría al recinto deportivo a volver a abrir sus puertas a finales de 2016.Este futuro pasa por la reforma integral del edificio. La junta directiva tuvo claro desde poco después del cierre de las instalaciones que el futuro del CNS debía pasar por una renovación completa del club, tanto en el aspecto físico como en el social y deportivo, para poder volver a alcanzar las más altas cotas y volver a representar a Sevilla de la forma más digna y orgullosa, como ha venido haciendo desde su fundación, en el año 1931. La supervisión y tutela concursal, igualmente, la han identificado como su mejor opción de futuro.
La nueva andadura del CNS, club deportivo que tiene en propiedad la Copa Stadium que distingue a la mejor entidad deportiva nacional, empieza por la significación del edificio original, cuyo proyecto fue firmado por uno de los arquitectos sevillanos principales del siglo XX, Aníbal González. En el edificio, de estilo regionalista y protegido dentro del ámbito del Sector 13ElArenal del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de Sevilla, se conserva la fachada del proyecto original, al igual que los valores patrimoniales etnológicos derivados del uso original de Casa de Baños. También, el valor que el propio club aporta, con actividad deportiva acuática desde su fundación, de forma ininterrumpida y muy destacada a nivel nacional. A dichos valores patrimoniales etnológicos e intangibles a proteger hay que sumarle el hecho de que miles de sevillanos han aprendido a nadar en estas instalaciones, y desde la directiva existe el convencimiento y la obligación de que esa costumbre siga siendo así.
Las nuevas instalaciones pretenden ser de nuevo referencia en la ciudad. El Club Natación Sevilla cuenta para ello con un proyecto que ya es una realidad y cuyo documento técnico ha sido redactado por el arquitecto José Manuel Sánchez-Carrero, socio de la entidad, ex nadador y waterpolista del Trastamara, y con amplia experiencia en arquitectura deportiva, ya que fue el autor de las piscinas del campeonato de Europa de Natación Sevilla’97.
El arquitecto, en coordinación permanente con los dirigentes del CNS, ha diseñado un edificio que respeta las pautas del original, que recoge las necesidades deportivas y sociales de la entidad, exprime el mayor aprovechamiento urbanístico deportivo a la parcela (de 1.000 metros cuadrados) y lo concibe de una manera moderna, acorde con las tendencias deportivas actuales, y como contenedor deportivo que también acoja las venideras. De esta manera, el Trastamara seguirá siendo la instalación deportiva de referencia en el centro de la ciudad, un sector que carece de complejos de este tipo. El coste de las obras es de 3,5 millones de euros, aunque la inversión total, en la que entra el posterior acondicionamiento para uso deportivo, podría rondar los cinco millones. El plazo de ejecución sería de 24 meses.
De los 2.635 metros cuadrados actuales, repartidos en cuatro plantas (590 en una bajo rasante, y el resto en las planta baja más otras dos sobre rasante), se pasará a una superficie edificada de 4.400 metros cuadrados, repartidos en las mismas cuatro plantas. Bajo la planta más alta se introducirá una entreplanta técnica dada la gran altura del gimnasio ahora existente. De este modo, la altura que actualmente presenta hacia la calle Trastamara no variará. La planta bajo rasante albergará un sótano y garaje con una dotación de 23 plazas de aparcamiento. Parte de esta planta se destinará igualmente para una piscina infantil, con sus correspondientes vestuarios. Dispondrá de ventilación e iluminación natural, a través de patio proyectado a tal fin, al igual que el resto de la edificación.
Las plantas sobre rasante se destinarán a la construcción de un club deportivo y albergará una piscina cubierta. Esta zona de aguas dispondrá de tres vasos: uno principal, deportivo, de 25 metros por 12,50 metros (con seis calles de dos metros de anchura) y 180 centímetros de profundidad; uno secundario para actividades, de 12,50 metros por 3,50 metros, y 0,80 de profundidad; y uno de jacuzzi, de 3,50 metros de diámetro y 0,50 metros de profundidad. Habrá también una zona exterior de solárium junto al vaso mayor.
El proyecto destaca por la singularidad de la ubicación de la zona de aguas, en la planta superior, diseñada así para un mayor aprovechamiento de la superficie disponible, de eficiencia energética, de mantenimiento y de disfrute de las vistas existentes en la parte alta del edificio. De esta manera, la piscina respirará mejor, al igual que sus socios y usuarios, que podrán disfrutar de una instalación exclusiva y totalmente renovada.
La entreplanta albergará la zona técnica de la piscina cubierta, que contendrá las instalaciones necesarias y garantizará el registro lateral de las paredes de los diferentes vasos, y también los vestuarios generales. Las plantas baja y primera tendrán un uso principal deportivo, de gimnasio. En planta primera se dispone, además del área de administración, una sala de usos múltiples. En la planta baja, además de una sala deportiva compartimentable, se proyecta una cafetería y un vestíbulo de entrada, el mostrador de atención y el control de acceso. También habrá un salón social.
Con la intervención, la fachada recuperará su configuración original de tres entradas: la central, que da a un zaguán de uso peatonal que distribuye los recorridos a los tres usos proyectados (club deportivo, sótano-garaje y cafetería); la izquierda, de acceso rodado al sótano-garaje; y la derecha, de acceso peatonal independiente a la cafetería. Se utilizarán modernas y eficientes soluciones constructivas, y se ha tenido especial atención en la seguridad de la instalación, así como en la total accesibilidad de todas las plantas y dependencias del edificio.